No quiero dejar pasar mucho tiempo sin decir algo sobre dos series de época hermosas que he disfrutado en el último tiempo.
En primer lugar la espléndida “Call the Midwife”, que me ha cautivado de tal modo que la estoy viendo por segunda vez. La historia de Jenny, una bella joven que se muda al East End de Londres en la década de los 60, ( en una decisión que en la primera línea de texto del primer capítulo ella misma califica como “madness”), para sumarse a un equipo de matronas en el convento de San Ramón Nonato, entre las que se cuentan un puñado de monjas encantadoras y otras chicas como ella. La inclusión en el reparto de la GENIAL Miranda Hart (gracias, Luciana por recomendarme “Miranda”), completa una receta perfecta. Capítulo a capítulo vamos conociendo historias de vida del barrio de East End, pero también en las vidas de estas jóvenes ocurrirán cosas. Con un equilibrio perfecto entre tristeza y alegría, entre drama y momentos de luz que sólo los recuerdos de la juventud y el entusiasmo pueden deparar, cada episodio es un placer, y uno se siente bien tratado como espectador. Espero ansiosa la segunda temporada.
La otra serie que me ha gustado mucho, es “The Paradise”, a la que llegué gracias a mis visitas a otros blogs de chicas que como yo, tienen obsesión por los vestidos largos y los carruajes, jajaja. Esta serie (basada en una novela de Emile Zola) cuenta las peripecias de Denise, una joven, talentosa y ambiciosa joven que se suma a las filas de una tienda llamada “The Paradise”, comandada por un hombre tan talentoso, audaz y ambicioso como ella misma. Esta serie es mucho mas clásica, y de hecho el vestuario, y hasta las caras de los personajes por momentos me hacían acordar a los dibujos de mis libros de la “Biblioteca Billiken” , con los que me inicié en Louise M. Alcott, Sissi y otras historias de época que jamás dejé de amar. Intrigas, amor, personajes complejos y toques de humos y ternura se suceden en esta super tenda, antecedente de los shopping centers de hoy, donde las mujeres dan muestras de ser tan "locas por las compras" ayer como lo son hoy. Una historia que me dejó con la boca abierta con un final después del cual ¡todo puede pasar!.
Y ya que todo esto ha devenido tan "mujeril", con los partos, las monjas y la compra de chucherías, les dejo una foto actualizada de mi muñeca, ahí va:
En el avión hacia Buenos Aires. Próxima entrada: Aventuras de la Lectora Omnivora en la gran ciudad.