lunes, 29 de diciembre de 2014


No cerré el blog... aunque parezca. La verdad es que me dio fiaca escribir, poner fotitos etc... y además tuve algunos inconvenientes con internet... Por todo eso, fui posponiendo el momento de escrbir algo e este espacio, y decidí hacer unaas entradas de fin de año como para que vean que no dejé de leer por ser madre, aunque confieso que este año fue particularmente agotador para mí: horario de trabajo exigente, pocas horas de sueño y poco tiempo para mí. Pese a todo rescato que pude hacer un taller literario muy copado en modalidad virtual, con una docente a la que realmente admiro, y eso me permitió escribir y leer algunos autores que realmente no conocía o tenía olvidados. Ojalá se repita el año que viene, porque siento que salvo mi año literario. Otra confesión que debo hacer es que descubri una nueva pasión en mi vida a la que dediqué muchísimo tiempo: El scrapbooking, actividad que consiste básicamente en el armado de álbumes de fotos con técnicas artísticas, aunque es muchísimo mas que eso, ya que implica contar una historia... lo que también me llevó a despuntar el vicio de narrar por ese lado...
 
Por lo pronto, les repaso algunos de los cómics que disfruté este año (no son todos) y espero dentro de muy poquito postear sobre los libros que leí.
 
 


Empecé con un autor que considero un amigo: El adorable Jeffrey Brown, con su libro “De Padres e Hijos”. Es loco porque he leído todos los libros de Jeffrey, y son todos autobiográficos, así que he ido conociendo su vida desde pequeño, su primer amor, su primera desilusión, sus amores fracasados, y ahora su paternidad. Mi relación con el autor se asemeja a esos amigos con los que uno anduvo de jarana a los 20 años, y ahora nos juntamos a hablar de las ventajas de tal o cual jarabe para la tos, pañal o guardería. Y la química sigue allí. La posibilidad de intercambio de las miradas de cada uno.

En este libro Jeffrey vuelve a su infancia, porque explorar los pequeños momentos de su paternidad lo lleva, inevitablemente, a volver a verse a sí mismo como hijo, a una nueva luz sobre la figura de su padre. Algo que me gusta de este autor es que es un tipo absolutamente “como uno”, que tuvo una vida bastante convencional. Digo esto porque es muy habitual en las novelas gráficas el recurso de contar la propia historia, y siempre son un toque macabras. Madres psicóticas, padres gay en el closet, madres sádicas, y otros horrores se toman cita, como si el precio del talento fuese haber sufrido maltrato familiar. No es el caso de Jeffrey. Su padre no es un tipo violento, ni borracho, ni lo abandonó, ni nada. Es un padre convencional, salvo por el pequeño “detalle” de que es un pastor (de alguna religión de allá de EEUU, -tienen tantas que me despistan-) lo que por supuesto tiene enorme incidencia en la relación padre/hijo y dispara muchas reflexiones e historias que involucran las creencias de uno y otro.

En suma: un libro sobre ser padre, ser hijo... y sobre la relación de cada uno con Dios. El padre por excelencia, sea como sea que cada quien lo concibe.





El azul es un color cálido:

Novela gráfica en la que se basó la super elogiada película “La Vida de Adele”, y que cuenta la historia de amor de dos chicas, Clementine y Emma, desde su adolescencia hasta su vida adulta. La historia se cuenta a partir de la lectura que hace Emma del diario que Clementine escribió cuando la conoció. Así, vemos que mientras que Emma era una joven un poco mas experimentada y muy acompañada por su familia en su elección sexual, para Clementine asumirse gay y llevar adelante una relación fue mucho mas dificil. La historia tiene mucho romanticismo y ternura, lo que hace que, si bien el tema de asumir la identidad sexual es central, logra levantar vuelo y convertirse en una historia de amor universal.

El cómic es precioso, con un dibujo en blanco u negro para para imágenes del pasado, sólo adornado por el color azul, como el cabello de Emma cuando se conocieron las protagonistas. Tienen momentos muy poéticos, que creo que llevados al cine deben ser una verdadera belleza. Seguramente dentro de muy poco veré la película, en cuanto mi marido lea el cómic.





Paul va de Pesca:

Este libro comienza con nuestro protagonista (Paul) yendo a pasar unos días a un complejo de pesca con su mujer, embarazada de tres meses. Allí se encontrará con su hermana y su cuñado. Sin embargo, estos pocos días serán el disparador de miles de recuerdos, reflexiones e historias de una riqueza y una profundidad inolvidables. No es casual la elección de este momento, porque en ese sencillo fin de semana ocurrirá algo que marcará la historia de vida del matrimonio para siempre. Con momentos graciosos, conmovedores, poéticos y tiernos, es una novela que en cada viñeta deja algo valioso al lector. La verdad que este “Paul” es un verdadero hallazgo, y sin lugar a dudas en próximos pedidos a España serán encargados varios volúmenes mas de la saga (¡¡¡gracias de Dios hay unos cuantos!!!). Una vez mas, una obra en formato de novela gráfica que supera con creces a los libros “tradicionales” que he leído en el último tiempo.






Rosalie Blum:

Y siguiendo con los hallazgos placenteros, otro libro maravilloso. Como sucede siempre en el mundo de la literatura, los temas y las virtudes son absolutamente diferentes, pero con las novelas gráficas esto se profundiza porque además tenemos las diferentes tecnicas y frmas de dibujar, que subrayan este eclecticismo. Es un placer caer de un mundo a otro cual viajero espacial, y siempre encontrando obras de un nivel espectacular.

Pero vamos a “Rosalie Blum”. La historia va de Vincent, un treintañero solitario, aburrido, que vive en un departamento debajo del de su madre que es una vieja manipuladora tremenda (genial y delirante personaje). Un día ve a una persona que le resulta conocida, y por un motivo desconocido por él mismo, decide seguirla. Pronto descubre que esta mujer, llamada Rosalie Blum, es una solitaria como el, y perseguirla se convierte en un hábito y una obsesión. No lo guía una atracción sexual, sino tal vez el aburrimiento mismo, la soledad. Pero la historia no termina allí, sino que sigue, se convierte en una pequeña comedia de enredos, pero sobre todo nos regala un final feliz y tierno. Todo eso contado con unos dibujos encantadores, una paleta de colores preciosa y mucho cariño por los personajes. Me quedé con ganas de seguir habitando ese mundo.




Habibi. Craig Thompson:

Este libro en una obra sumamente ambiciosa de Craig Thompson, de quien ya había leído “Blankets”. Una novela muy larga con un cuidado y detallismo en el dibujo que no pueden sino admirar y sorprender. La historia -ambienta en Arabia- de Dódola y Zam, dos huérfanos esclavos que se refugian uno en otro conformando una dupla de madre/hijo, hermano/hermana, esposo/esposa... Una historia de miserias, sufrimientos y vejaciones de todo tipo, inspirada en las Mil y una Noches y que suma mas de seiscientas páginas. Es un libro realmente bello, desde su tapa, y cada uno de las viñetas tiene una elaboración increíble, todo el libro tienen dibujos y caligrafía ornamental árabe. A nivel gráfico es asombroso. Pero la historia en si misma no me conmovió tanto como las demás que he reseñado hasta aquí. Si bien abarca temas interesantes, como por ejemplo la similitud entre el cristianismo y el islamismo (la verdad que me sorprendió), o la salvación espiritual que representa la literatura, la verdad que me resultó algo flojilla.