La nueva novela de Beigbeder dice ser una autobiografía.Con riesgo de caer en un lugar común, debo precisar que es posible que una enorme dosis de ficción se haya colado en el relato. Y esto porque el autor parte de una premisa: Que no recuerda nada de su infancia. A partir de esta "amnesia" que refiere, rescata un único recuerdo: Un verano en la costa vasca con su abuelo. Con éste único recuerdo, va hilvanando la historia de su familia primero y de su propia infancia y adolescencia después. A medida que el relato avanza, va recuperando mas y mas recuerdos.
Soy seguidora de esta autor, así como de su amigo y colega Michel Houllebecq, dos referentes de la literatura francesa contemporánea.
Los libros de Beigbeder son corrosivos, arrogantes y provocativos. Le encanta ser un niño malo y dar motivo a escándalo. Sus opiniones son siempre contundentes, sin lugar para medias tintas. Sus novelas son políticas.
Sin embargo, en esta oportunidad, me defraudó un poco. No es que faltara ninguno de estos elementos. Al contrario: El libro nace a raiz de una detención que sufrió el autor junto a un amigo y que tuvo cierta trascendencia en los noticiarios franceses. En una especie de "Memorias desde la cárcel" el autor supuestamente escribe esta novela mientras es privado de su libertad (dos días). La novela no escatima detalles de las injusticias y arbitrariedades a las que es sometido, dando nombre y apellido de los funcionarios intervinientes y detalles escabrosos de los lugares donde se lo tuvo detenido.
Pero tanto estas denuncias como los recuerdos infantiles del autor pecan de demasiado franceses. Tal como indica el título del libro, se trata de "una novela francesa", llena de referencias de lugares, marcas, apellidos célebres, juguetes, golosinas, programas de TV, jet set local.... que no me suenan en absoluto. Es extraño, porque en general, la fórmula "pinta tu aldea y pintarás el mundo" suele funcionar de maravilla. Me viene a la memoria como ejemplo el precioso libro de Murakami "Tokio Blues" que relata el primer año universitario de un adolescente, y que, aun tratándose de un autor japonés y de transcurrir en Tokio, tantos ecos de mi primer año en una residencia universitaria en Buenos Aires me trajo.
Aquí el autor no logra trascender en absoluto. El lector no galo se queda totalmente fuera de la historia por momentos. Si alguna reflexión me ameritó fue lo aislados que sentí a los franceses de la cultura mundial, como si la globalización no los hubiera tocado: todo es absolutamente autoreferencial, salvo por algunas menciones a películas norteamericanas (Beigbeder se confiesa admirador de la cltura norteamericana en su libro "Windows on the world").
Para colmo, la historia de Beigbeder es la del "pobre niño rico": hijo del divorcio, con madre descendiente de la nobleza, padrastro playboy, padre aspirante a playboy...la verdad que despertó cer interés en mi.
Rescato lo que mas me gustó de la novela: la formación del autor como lector. Esta parte de la novela sí logró hacerme sentir identificada, porque además se nota el entusiasmo con el que Beigbeder recuerda estas primeras lecturas. Creo que los lectores guardamos el recuerdo de los primeros libros que nos gustaron con el mismo cariño y entusiasmo que cuando rememoramos las primeras citas con el ser amado.
La idea de lectura como refugio (retomada sutilmente al final de la novela) la comparto plenamente.
Como me pasó con Marai, este es un autor que comencé a leer hace mucho tiempo, y por eso no hay muchas reseñas de sus libros en este blog. O, como suele suceder, la calidad de sus novelas ha ido menguando, y entonces sucede que injustamente todas las reseñas que hago son "un-poco-en-contra". Por eso quiero hacerle justicia y hacer un repaso, al menso breve, por la bibliografía de Beigbeder.
13,99 euros
El libro que hizo famoso a Fréderick Beigbeder cuenta la historia de Octave Parango, un publicista corrompido por su oficio. Se trata de una historia autobiográfica, ya que de efectivamente el autor trabajo en el mundo de la publicidad y con esta novela desnudó todas las miserias del ambiente.
Es un libro super conocido, del que se habló muchísimo por su insolencia, rebeldía, su tono provocador. Lo que mas me gustó en su momento fue la sensación de que Beigbeder había tomado un tema ya un poco pasado de moda (la sociedad de consumo) y había logrado decir algo novedoso al respecto, devolverle al lector un poco del interés perdido en el asunto.
Se dice que la publicación de esta novela provocó el despido del autor de la firma publicitaria donde trabajaba.
Gran aforista, sus libros están llenos de frases categóricas e implacables. De este libro:
“La diferencia entre ricos y pobres es que los pobres venden droga para comprarse unas Nike, y los ricos venden sus Nike para comprar droga”,
El Amor dura Tres Años
También un poco autobiográfico, narra una hisoria de amor que, como dice el título de la novela, dura tres años. Mientras desgrana su manifiesto acerca de que el amor dura sólo este período de tiempo, va construyendo otra historia de amor, con su amante, con la que intentará probar lo contrario. Una novelita menor, pero que se deja leer.
Citas de esta novela:
"El primer año: si me
abandonas, me mato.
El segundo año: si me abandonas, lo pasaré muy mal pero lo superaré.
El tercer año: si me abandonas, invito a champaña."
El segundo año: si me abandonas, lo pasaré muy mal pero lo superaré.
El tercer año: si me abandonas, invito a champaña."
"El amor es la única
decepción programada, la única desgracia previsible que deseamos repetir"
"No se puede desear lo que
se tiene, es antinatural. Ésta es la razón por la cual los hermosos matrimonios
se caen a pedazos ante la llegada de una cualquiera desconocida que aterriza."
Windows on the world
Este libro el autor trata de reflexionar acerca del 11de septiembre de 2001. Sentado en el edificio mas alto de París (un restaurant que da el título a la novela) habña dela tragedia, y mientras tanto crea una historia que transcurre en las Torres Gemelas el día del atentado, donde un padre y sus hijos vivirán 45 minutos de terror y enfrentarán la muerte.
El libro, cuyos capítulos corresponden a cada uno de esos 45 minutos, va de Francia, donde el autor lidia con sus preguntas, opiniones y su propia vida, y la historia de ficción. Lo mejor: Las reflexiones de Beigbeder y las líneas en las que se ocupa de la vieja enemistad Francia/Norteamérica.
Cita de este libro: ... cuando los edificios desaparecen, sólo los libros pueden recordarlos. Por eso Hemingway escribía sobre París antes de morir. Porque sabía que los libros aguantan más que los edificios.
Socorro Perdón.
Este libro sí lo comenté en el blog, es una secuela de 13, 99 euros, y aquí el protagonista Octave dejó la publicidad y es reclutador de modelos. En su momento dije esto:
"Nos reencontramos aquí con el mismo estilo narrativo, que ahora se torna un poco excesivo, ya que de alguna manera, el autor ya dijo todo lo que tenía que decir respecto al tema del consumo y el exitismo. Lógico que aquí se explaya un poco mas sobre el tema de la belleza, y la idolatría a la adolescencia, pero creo que sobre estos temas se ha dicho mucho, y este libro en particular no hace un aporte original, como sí lo logró con 13, 99 euros.
Sin embargo, hay algo sumamente valioso en Beigbeder y es el riesgo que asume: aborda temas actuales y polémicos, toma una posición arriesgada y la defiende valientemente. ¿Hay un enorme valor artístico y literario en su obra? Creo que no. No es un escritor que logre reflexiones que a la vez tenga profundidad, inteligencia y belleza, como sí lo hacen Coetzee, Márai o Nemiroesky. Pero a falta de poesía, sus novelas están llenas de reflexiones formuladas con habilidad, certeza, eficacia e ironía.
Creo que si el mundo dentro de doscientos años sigue existiendo, quienes quieran saber cómo erámos, cuales eran nuestros deseos, anhelos y frustraciones, probablemente tenga en Beigbeder el mejor testigo de nuestro tiempo."
De este libro:
"Hoy, en el mejor de nuestros mundos, la selección la hace el
tiempo: las viejas y las feas son excluidas. La belleza es un juego donde el
fuera de juego es frecuente"
"La dictadura de la belleza engendra frustración y la
frustración engendra el odio"