viernes, 25 de junio de 2010

She & Him


She & Him es un disco que escuche anoche por primera vez. "Ella" es la inefable Zooey Deschanel. El es M. Ward.
Zooey Deschanel es actriz, y una de las caras mas lindas del cine "indie" yanqui. También ha trabajado en películas comerciales. Mi primer recuerdo de ella es en la pelicula "Elf": Cuando el elfo bonachón e inocente que compone Will Ferrel la conoce, no duda por un instante que también ella es un elfo. Y en realidad ¿Quien puede dudarlo, si nos atenemos a su belleza traslúcida y luminosa pero a la vez de una inocencia cautivadora? Ella ni se molesta en hacer aclaraciones. No se escandaliza ante ninguna rareza ¿Buddy es un elfo que vivía con Papá Noel en el Polo Norte? Ok, se dice encogiendose de hombros. Todo bien. Su naturalidad por momentos se acerca a la descortesía.
Es la maestra de música simpática que toca la guitarra, y de la que el protagonista de "El mágico mundo de Terabithia" no tiene otro remedio que enamorarse. Es la exéntrica que logra el primer "Si" por parte de Jim Carrey en "Yes, man"... y ese "sí" resulta tan fabuloso que desata la locura.
Es que Zooey obsesiona a los hombres. No sólo es hermosa, es única. Diferente. Impredecible. Tan impredecible como cuando le pide a un vendedor de colchones si puede quedarse a dormir un rato en el colchón que acaba de comprar (Gigantic). Tan maravillosa que 500 dias con ella son "500 days of Summer".
En las canciones que compuso para este disco hay un poco de todo esto: está presente su simpatía, su tranquila picardía y su originalidad. Es un disco que resulta familiar enseguida, un pop romántico con letras que hacen escapar sonrisas.
Hay gente que está tocada por la varita mágica. Zooey es una de ellas. Linda, buena actriz, buena cantante y compositora. Y bueno... habrá que disfrutarla...

jueves, 24 de junio de 2010

Patty Diphusa. Una chica Almodovar



“...encontrar la salida de este gris laberinto

sin pasión ni pecado ni locura ni incesto,

tener en cada puerto un amante distinto,

no gritar ¿que he hecho yo para merecer esto?



Yo creo que soy una chica Almodóvar. Lo que pasa es que él todavía no me descubrió. Por lo pronto me conformo con ser una fiel seguidora. De su filmografía vi 15 peliculas. Casi todo. Y los únicos tres films que no vi son de su primera época, la mas experimental y por demás difíciles de conseguir.

¿Vieron cuando Sabina canta “...como Patty Diphusa escribir mis memorias...”? Bueno, ésa era la chica Almodóvar que me faltaba conocer. Y la colección “Los 40 de anagrama” puso en mis manos el librito. Es que se trata de una chica que no tuvo versión cinematográfica, sino literaria. Las locas memorias de Patty Diphusa aparecieron por entregas en la revista madrileña La Luna.

Aquí Almodóvar muestra su faceta mas escandalosa y escatológica. La Patty es el desparpajo total: bomba sexy insomne, políticamente incorrecta, actriz porno famosa a quien no le importan para nada las convenciones y que a la vez vive en un mundo adonde a nadie parecen importarle.

Me desternillé de risa con este libro. Es diferente a las películas: algo que Almodóvar hizo por pura diversión y no encontrarán allí nada mas que eso. No esperen reflexiones profundas ni sentimentalismo. Aunque de alguna manera la Patty nos desafía con su forma de ser, nos pone en cuestión nuestra moralidad y nuestro decoro.

El libro me recordó cuánto me gusta Almodóvar, como amo reencontrarme en cada estreno con ese colorido que deslumbra en sus películas. Es un director que tanto hace una película floja como una maravillosa, pero todas, aún imperfectas le pertenecen en identidad y en corazón.

Cada vez que voy al cine a ver “una de Almodóvar”, sé que voy salir feliz, y que de ese momento me llevaré algo (una escena, un fotograma, una canción, una emoción....) perdurable.

domingo, 20 de junio de 2010

Invisible. Paul Auster

Me costó terminar de leer “Invisible” el último libro de Paul Auster. Si bien empieza interesante, generando interés y cierto suspenso, la historia va decayendo.


En mi caso seguí adelante con la lectura porque disfruto mucho de la forma de escribir de este autor. Pero la historia carece por completo del atractivo de “La Noche del Oráculo” o “Brooklyn Follies” por hablar de algunas de las más recientes y mejores obras. Por otra parte, en cuanto a la forma en que está escrita, “Un Hombre en la oscuridad” es insuperable.

Asi que esta obra no es de las mejor escritas ni es de las más entretenidas.

Algo que reflexioné cuando pensé qué iba a decir sobre este libro es que Auster está en desventaja conmigo, como seguramente lo está respecto de todos sus (muchísimos) fans. He leído prácticamente su obra completa. Sólo me falta “La música del Azar”, que está en mi mesa de luz.

Por lo tanto, Auster compite consigo mismo. Con sus mejores novelas. Mientras lo leo, lo estoy midiendo todo el tiempo: ¿mantiene el nivel? ¿cae demasiado en lo mismo? Tal vez eso no sea justo. Tal vez alguien que no leyó nunca a Auster, o que sólo leyó uno o dos libros se conforme con “Invisible”.

Pero yo no puedo borrar lecturas previas. Esta novela no tiene el virtuosismo de “Un hombre en la oscuridad”, ni la adrenalina de “Leviatán”, ni la ternura de “Tombuctú”, ni el hipnotismo de “La noche del Oráculo”. Cada uno de esos libros dejaba además alguna reflexión, algo interesante para seguir pensando, sobre la vida o sobre la escritura. “Invisible” no tiene profundidad. Pocas cosas que rescatar para la posteridad. El final de la tercera parte sería una de ellas.

Aquí la historia va de un escritor de renombre mundial, Jim (alter ego de Auster, volveremos a ello) que retoma contacto con un ex compañero de la universidad que está agonizando y le manda partes de un libro que está escribiendo. Supuestamente es un libro autobiográfico, que despierta en Jim un renovado interés en su ex compañero, quien rebela en esas páginas un puñado de hechos bastante inquietantes. No quiero quemar más de la historia, por si alguien justo la está leyendo.

Considero que la última parte es donde más decae el nivel de interés. Por mi parte lo terminé de leer medio apurada y creo que no está logrado para nada el final.

Hace poco en el blog de una amiga dejé un comentario sobre el libro “Expiación” de Ian Mc Ewan, y allí señalé que algo que me había encantado de esa novela es que era como tres novelas en una: cada una de las partes transcurrí en un escenario distinto, y consecuentemente tenía diferente ritmo narrativo, lo que renovaba el interés del lector.

Digamos que Auster quiso hacer algo así en la cuarta parte de “Invisible” y para mi gusto no logró en absoluto.

Un apunte final, algo que encontré simpático del libro: Como en Leviatán, Auster se usa a sí mismo como personaje. Su alter ego, Jim, es como dije un autor famoso. Todo apunta a hacer creer al lector que toda la historia del manuscrito es cierta y para eso Paul Auster juega con su propia fama. Escribe sabiendo que quien lea esta novela seguramente sabe mucho acerca de él mismo como personaje. Incluso la relación del narrador con su mujer es una obvia referencia a su verdadera esposa, la escritora Siri Hustvetd.

Muchos son los puntos en común entre Invisible y Leviatán. En ambos casos, nos cuenta la historia de su amigo, mientras que la historia del propio narrador queda en un segundo plano, acompañando y por momentos tomando algo de protagonismo (en un rol de “actor de reparto”) en la novela. La diferencia respecto de Leviatán es que en esos tiempos Auster no era tan famoso como ahora. Auster nos cuenta toda su vida (sus tiempos de hambre, l deseo de ser escritor, su primera mujer, su hijo, su encuentro con la bellísima e inteligente Siri…) dando por descontado que no sabemos nada de él. Aquí no. El alter ego se dirige al lector dando por sobre entendido que ya lo sabemos todo, incluso detalles de su intimidad.

Asi como “Viajes por el Scriptorium” fue un libro “Sólo para fanáticos” (ya que hacía permanente referencia a sus obras anteriores) éste es un libro un poquito dedicado a los “cholulos”, aunque, por supuesto, son guiños que no restan nada a quien lee a Auster por primera vez.

Para ésos, los que aún no han disfrutado de la lectura de Auster, preferiría que no se dejen tentar por las mesas de novedades: busquen entre las mencionadas a lo largo de esta entrada, y seguro lo amarán.

Las librerías de mi vida…las de Buenos Aires.

Para una Lectora Omnívora, no hay nada mejor que los lugares donde saciar su avidez de libros. Desde chica me encantaba hurgar cualquier reducto donde hubiera papel, sea biblioteca pública, desván de la abuela, o las revistas Condorito e Isidorito de mi amiga Silvina, que las escondía cuando iba de visita, porque de otro modo me enfrascaba en la lectura de tal modo que no salíamos a jugar.
Durante los años que viví en Buenos Aires, una de las salidas seguras era deambular por la calle Corrientes mirando las librerías de viejo y de nuevo. Con mis amigas (a veces con algún novio) entrábamos a todas y cada una de ellas. La cosa era más mirar que comprar, porque no había mucha plata. Todavía me acuerdo de un libro de tapa dura y medidas poco convencionales con fotos de las hermanas Brönté, los lugares donde vivían y hasta los textos que escribían en su infancia…(¿Cómo pude haber sido tan tonta de no comprarlo?).
Por esos años mi lugar en el mundo era la librería Romano, que estaba en la calle Lavalle (Ahora está a la vuelta, en la calle Ayacucho). El colectivo de vuelta de la facultad me dejaba en la puerta, y cuando aprobaba un examen me bajaba y me premiaba comprando un libro. Esa librería revestida de madera, donde sonaba música clásica todo el tiempo y había libros en varios idiomas y cosas directamente increíbles como las primeras ediciones de los libros de poesía de mis amadas Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, era el sitio donde soñaba con conocer al amor de mi vida.
Cuando me vine a vivir a Viedma, y conocí a Carlos, la cosa cambió. A Carlos no le gustan para nada los libros viejos o usados. Seguimos haciendo el recorrido por la calle Corrientes, pero gracias a él he conocido otras librerías que hoy son mis favoritas: Las tres que mas me gustan son Norte, Guadalquivir y El Ateneo.

La última la destaco más que nada por su belleza y tamaño. Cuando me enteré que mi cine favorito, el Grand Splendid de la calle Santa Fé, cerraría, casi me puse de luto. Pero cuando inauguró El Ateneo me consolé un poquito. Es una librería hermosísima y hay muchísimos libros, aunque la atención es nula.

Todo lo contrario se experimenta en  Norte y Guadalquivir.
La librería Norte perteneció a un librero famoso y legendario: Héctor Yanover. Está en la calle Las Heras, un poco a contramano del circuito tradicional de librerías. Pero en general todas las “figuritas difíciles” las encuentro allí. Es un lugar donde siempre sé que además de las novedades (que casi nunca me interesan demasiado) encontraré algo interesante.

Lo mismo me sucede en “Guadalquivir” de la calle Callao. Allí lo que más destaco es la presencia de libros importados de España inconseguibles en estas latitudes. Y clásicos. O libros no tan conocidos de autores clásicos.
Respecto de estas dos librerías debo hacer una mención especial a los libreros: Sin libreros la librería no tiene alma. Y tanto los de Norte (fieles a la tradición de Yanover) como el librero de Guadalquivir son personas a las que hay que aprovechar, porque saben orientar, se dan cuenta enseguida con quién están hablando y recomiendan “a medida”. Y aman los libros. Los aman al punto de no querer venderlos. Los aman al punto de que mientras les sacan un poco el polvo que pueden haber juntado en los estantes, parece que los acarician. Al punto de que cuando los recomiendan, parecen revivir el placer de la lectura.

Otros lugarcitos lindos: la librería “Eterna Cadencia”, es una coquetería, y tiene un barcito y restaurant divino (fotito). Tiene su propia editorial también, y tengo entendido que es el resultado del sueño de su dueño, que cobró una herencia y le dio forma a su deseo. También suelo visitar “La Boutique del libro” en Palermo.

También son excelentes las librerías de Punta del Este. En Uruguay se consiguen algunas cosas que acá no (por esos devaneos de la distribución). Este verano, cuando decidimos pasar las vacaciones en Punta, una de las cosas que tuvimos en cuenta fueron las librerías, y de hecho, ni bien dejamos el equipaje en el hotel, nos fuimos directo a visitarlas.

Si algo aprendí en mi vida de lectora es que es un camino que no está bueno hacer solo. Es mejor tener maestros y amigos que recomienden, que guíen. No soy orgullosa para eso. Acepto sugerencias. Primero de mis padres (profesores de letras), luego de amigos (si no fuera por Alejandro, nunca hubiera leído a Verne), mas tarde por mi marido (gracias, Carlos por presentarme a los norteamericanos) y ahora por mi amigos bloggers, cuyas reseñas me han dado enormes satisfacciones.
Los buenos libreros ocupan ese lugar. Ayer fui a dos librerías de Viedma a comprarle un libro a mi papá para el Día del Padre. En una de ellas (en la que no compré nada) prácticamente no había libros de Literatura Universal. Parece que los viedmenses estamos condenados a leer sólo autores argentinos y latinoamericanos, y de los mas remanidos. ¡Por favor!
Cuando le comenté esto a mi papá me dijo que “la librería era un negocio y que por eso traían los libros que más se venden”. Error. Si en la librería hay un buen librero, éste puede orientar a los potenciales lectores, generar nuevos intereses. Si una persona no sabe mucho de libros, y en el colegio leyó Cortázar…. No tiene porqué leer nada más que Cortázar toda su vida… Hacen falta más libreros en el mundo…
Entre todas las vidas que no he podido vivir (directora, guionista y actriz de cine independiente, psicóloga, editora, escritora, periodista, guerrillera, misionera, y otras…) la que más anhelo es la de dueña de una librería. Quien dice, capaz que se me da….
Por ahora, sigo visitando en mis viajes mis lugares favoritos, disfrutando de la charla con los buenos libreros, y soñando con el día en que pueda viajar a España a comprarme TODO lo que acá no se consigue…











Charly y Vale comiendo algo en "Eterna Cadencia". Descanso de caminantes...

martes, 15 de junio de 2010

Tres Nouvelle Manga






Nouvelle Manga. Una novela contada como una manga. Es decir, enriquecida por la imagen. Pero sin perder un ápice de profundidad. La editorial Ponent Mon publica estas maravillas con un cuidado destacable. Hasta ahora he leído cuatro y cada una de ellas ha sido impecable y un placer.

El autor Jiro Taniguchi es la estrella de la editorial y un referente obligado en manga y nouvelle manga. Ya comenté anteriormente "El Caminante". En la extensa colección que el autor tiene en Ponent Mon, una obra clásica es "Barrio Lejano", la historia de un hombre de cuarenta años que de repente se encuentra haciendo un viaje en el tiempo, volviendo a sus catorce años. Este inicio (sin explicaciones sobrenaturales de ningún tipo: el cómo no importa) le permite volver a ver a sus padres jóvenes, de igual a igual, y tratar de entender su propia historia. Lejos de la comedia fácil al estilo Disney, es la respuesta profunda a la pregunta ¿que harías si pudieras volver el tiempo atrás?

La Espinaca de Yukiko, dio origen a la categoría nouvelle manga. Brillante historia de añor autobiográfica del mangaka Frédéric Boillet, que se enamora perdidamente de Yukiko, y la busca en las páginas del manga que va dibujando a medida que sigue su historia de amor. Una historia de una belleza impactante, la belleza de Yukiko a través del hombre que la ama... y la historia acerca de cómo se cuenta una historia, de los devaneos del acto creativo.

Finalmente "La Casa de Enfrente" (una joven autora francesa, Vanyda), es una historia coral de un puñado de personas muy diferentes que viven en el mismo edificio. Vidas que se tocan, tangencialmente con saludos tibios, y por momentos parecen conectarse un poco mas. Momentos cómicos, tristes, reflexivos o tristes. La vida, bah...

Estos nouvelle manga son dificiles de conseguir. Yo los encontré en mi librería favorita: Norte. Pero en España seguro son mucho mas fáciles de encontrar.
Son joyas. Ideales para cuando el lector voraz anda medio cansado y con poco tiempo para leer. Encontrará algo de calidad, pero con la ligereza del cómic y enriquecido por el arte de los dibujos que son en todos los casos sublimes.

domingo, 6 de junio de 2010

4 Segundos. Comic


Ya lo recomendé anteriormente. Este comic lo conocí en el año 2000, creo, cuando andaba en la búsqueda de "historietas que no fueran de superheroes" (tarea dificil si las hay). El empleado de un puesto de revistas me la vendió como "algo parecido a la serie "Friends"." La verdad es que la referencia era errónea, pero siempre le agradeceré la recomendación.
Cuatro segundos: cuatro tipos que llegaron demasiado tarde para ser los primeros. Esa es la premisa.
Marcos, Anibal, Terli y El Zurdo son amigos desde la primaria. Y desde aquellos años nada parece salirles bien. Están lejos de ser ganadores, y por eso mismo uno los quiere desde las primeras viñetas: Marcos, tímido patológico. Anibal, cascarrabias, Terli, un aparato total, (al que benignamente podríamos describir como "excéntrico" y una pizquita gay) y el Zurdo, personaje que seguro les recordará a alguien que conozcan, porque es el típico argentino bocón, canchero y agrandado que en realidad es igual de perdedor que todos los otros.
Los seis números que duró este genial cómic nos cuentan las disparatadas anécdotas de los amigos, comedias de errores dignas de Shakespeare. Quien las lea llorará (literalmente) de risa. Y no las olvidará nunca. La gente lo verá a usted riendose solo como un loco, y será porque se acordó de algún episodio de 4 segundos.
Inteligente, cada historia es un rompecabezas perfecto. Bien dbujada, cuando uno hace una segunda o tercer lectura encuentra detalles que enriquecen.
¿Porqué ahora esta nueva recomendación? Porque hasta hace poco los números eran inconseguibles, pero ahora han editado el libro con los 6 números. A solo 40 pesos argentinos, una ganga.
Super recomendado para regalar a adolescentes. A adolescentes que no leen. Usted con 40 pesos quedará como un rey o una reina. Y super recomendado para cualquier persona que se quiera sorprender y divertir a lo grande. Se consigue en Musimundo.
Soy re fan de 4 segundos.... Hasta creo que en cualquier momento le hago una página de facebook, si es que aun no hay una, porque leerlo es convertirse en fan automáticamente.

Y la recomendación sigue. Si usted me hace caso y se compra el comic y le gusta, el guionista Alejo Garcia Valdearena, escrbió una novela que se llama "Conductores Suicidas" que es una joya. También recomiendo regalar o leer este libro, de ediciones de La Flor (la misma de Mafalda).