Este libro fue un boom en su momento, y hace tiempo tenía ganas de leerlo. El desafío de las lista de Rory Gilmore fue la excusa para concretar la lectura.
Seguramente la mayoría sepa que este libro está contado desde el punto de visto de un niño autista llamado Christopher Boone. Este pequeño, huérfano de madre hace poco tiempo comienza a escribir un libro a próposito dela muerte del perro de una vecina que aparece muerto justamente a medianoche. Christopher se propone descubrir la identidad del asesino y a raíz de sus investigaciones se embarca en una serie de aventuras que terminarán con el hallago de mas verdades de las que esperaba.
Hay una suerte de fascinación por el autismo, al menos esa clase de autismo que parece acompañado de cierta genialidad: Quién puede olvidar a Rain Man, en la piel de Dustin Hoffman. Hay quien dice que el genial Sheldon Cooper padece Asperger y que eso explica sus manías. O la rústica pero encantadora
Temple Grandin, interpetada por Claire Danes. Creo que mas allá de la inteligencia, lo que nos atrae es la mirada del mundo desde otro lugar. Otra mirada. Dice Temple Grandin (la verdadera): "Pienso en imágenes. Las palabras son como un segundo idioma para mí. Traduzco
las palabras, tanto las habladas como las escritas, a películas de cine a
color, acompañadas de sonidos, que pasan por mi mente como una cinta de video.
Cuando alguien me habla, sus palabras se me traducen instantáneamente en
imágenes."
Cuando mi psicóloga, a quien le gustan las artes plásticas, vio las pinturas de mi hermano César, que tiene rasgos de autismo, me dijo que era evidente que el artista era una persona que veía el mundo desde un lugar diferente. Un lugar de dificil acceso.
Por eso el libro de Mark Haddon es interesante, porque logra transmitir cómo piensa una persona autista, logra llevarnos, de manera simple y entretenida, a una mente limitada por miles de manías y miedos pero a la vez capaz de ver mas cosas que el normal de la gente y de convertir lo que nos parece complejo en algo simple. Por otra parte, la historia de Christopher es una historia de pérdida de la inocencia, es la historia de un niño que ve el lado oscuro de la vida de los adultos, que descubre que sus padres no son perfectos y que pueden provocarle dolor y tristeza. Y eso, se mire de donde se mire, le pasa a todos los chicos tarde o temprano.