Descubrí esta serie cuando ganó el Globo de Oro, y mi pirata favorito ni lerdo ni perezozo la consiguió para mi. Ahora estoy disfrutando los capítulos de la segunda temporada y quise hacer una pequeña entrada para contar que estoy fascinada con la historia y especialmente con los personajes.
Lo que empieza siendo una serie mas de "los de arriba y los de abajo", la casona con una familia de la nobleza y sus dramas de herencias y casamientos arreglados, por un lado y las vidas de los sirvientes con los que conviven por otro, se va haciendo cada vez mas sutil, y los personajes se humanizan cada vez mas a medida que avanzan los capítulos.
La historia se desarrolla en la casa que da nombre a la serie, propiedad de la familia Crowley, compuesta por el conde Robert, su esposa Cora y las tres hijas mujeres del matrimonio: Mary, Edith y Sybil. Tampoco puede olvidarse a la madre del conde, Lady Violet en la piel de la increíble Maggie Smith que siempre nos deja satisfechos con sus interpretaciones. en el primer capítulo reciben la impactante noticia del hundimiento del Titanic, y paralelamente de la muerte de unos primos que viajaban en él. Esto deja a la familia sumida en la incertidumbre acerca de la herencia del título y del dinero de la familia. Aparece en escena un primo lejano y su madre, que resulta ser el heredero a raíz de este imprevisto accidente. Matthew es abogado, o sea un ejemplar "de esa gente que tiene que trabajar para vivir", cosa un tanto insultante en Inglaterra. Su incorporación a la familia traerá cambios y pondrá un poco en jaque las ideas anticuadas de los Crowley.
Por otra parte tenemos a la servidumbre, con el mayordomo envaretado pero de buen corazón, el ama de llaves, las sirvientas torpes pero simpáticas y con la cabeza llena de sueños el lacayo malísimo que haría poner colorado a Lex Luthor y un valet nuevo al que le cuesta ser aceptado.
Con estos elementos se van desarrollando historias de unos y otros que transcurren en los primeros años del siglo XX, justa antes de la primera Guerra Mundial, que llegará para cambiarlo todo en la segunda temporada.
No es un culebrón, y se agradece que algunos malentendidos sean resueltos prontamente y no estirados hasta el cansancio. como dije al comienzo, algunos personajes que al principio aparecen como demasiado arquetípicos (el malo malísimo, la heredera antipática y caprichosa la hermana fea y resentida) se van mejorando y haciendo mas reales, al punto que donde me encuentro ahora (tercer capítulo de la tercera temporada) tengo un genuino interés por casa uno de los Crowley y sus sirvientes.
Hermosa serie, ideal para el que guste de historias de época. Otra mención al vestuario, hermoso.