viernes, 1 de abril de 2011

El Gourmet Solitario... Ñam, Ñam

Un hombre solitario, con un trabajo que le permite una gran movilidad, recorre las calles de Tokio y otras localidades japonesas para visitar a sus clientes. Cada día es una ocasión para redescubrir un barrio que conoce o para conocer uno nuevo. Pero para este hombre, siempre solitario, el momento de la comida constituye una auténtica aventura, casi un ritual. A lo largo de 19 capítulos El gourmet solitario nos presenta otros tantos platos de la cocina tradicional japonesa.

A través de la mirada curiosa de este viajero gastronómico, los autores, Jiro Taniguchi y Masayuki Kusumi, trazan un auténtico retrato sociológico de Japón y de su riqueza gastronómica. Ambos consiguen sumergirnos en las costumbres japonesas, en un paseo sembrado de olores, sabores y diversidad. El gourmet solitario forma parte de esas cosas sencillas que nos ayudan a ver el lado bueno de la vida.

Leer esta novela gráfica da hambre. Y ganas de comer comida japonesa. El protagonista Goro Inokashira es un hombre de negocios que se traslada a diferentes barrios de Tokio y a veces fuera de la ciudad a localidades vecinas, como Osaka. La hora de comer lo sorprende en lugares desconocidos, y así se aventura en diferentes lugares a comer algo, probando diferentes platos típicos de la comida asiática cada vez. No siempre come bien, y que la palabra "gourmet" no los confunda: a veces entrea en lugares muy sencilllos, familiares o raros, pero lejos de ser muy elegantes.
Es muy interesante la introducción al libro, donde se explica a un lector no muy empapado de la cultura culinaria de Japón algunas claves para entenderla:  "Una comida convencional washoku, es decir, la que se considera como propia de Japón, consiste en un cuenco de arroz blanco cocido,sin condimentar ni añadir ningún ingrediente. Esto se denomina shushoku, o "alimento básico", la fuente principal de energía y proteínas. Sería el equivalente al pan español o la tortilla de maíz en Mexico. ...el arroz se acompaña del okazu, o "alimentos secundarios" -carne,pescado o verduras- que aportan minerales y vitaminas al blanco cereal. Vendría a ser un primer o segundo "plato" de nuestra cocina, aunque en Japón existe la preferencia por tomar varias raciones pequeña de okazu al mismo tiempo. El menú se completa con una sopa hecha a base de una pasta de soja llamada miso, y en muchos casos, con unas piezas de verdura encurtida. El equilibrio entre los distintos elementos que conforman la comida es una de las claves del buen yantar, algo que le traerá algún que otro quebradero de cabeza al trajeado Inokashira." 
La pintura de Tokio es muy íntima, y en cada lugar el protagonista repara en el ambiente, la gente, sus conductas y costumbres. Los lugares y las comidas también le harán recordar algunas cosas de su pasado, posibles explicaciones a su actual soledad. Un verdadero viaje por el Japón moderno...Leer con un cuenco de arroz a  mano...





3 comentarios:

  1. Interesante libro Valeria, conocer a un pais a partir de la comida. Creo que acá, en argentina, el asunto se sella con harina y carne, porque la costumbre del pan con mateca o bizcocho no se va ni con un lockout de larguísimo aliento.
    Sé poco historieta japonesa, sólo recuerdo y miro con frecuencia a Akira.

    saludos

    ResponderEliminar
  2. La comida japonesa no es mi fuerte, pero si decís que da hambre, me preparo un arroz blanco.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. ya me pongo a la busqueda de esta historieta.
    gracias por el dato.
    un abrazo

    ResponderEliminar