domingo, 8 de mayo de 2011

Una lectora nada común. Alan Bennett

-Yo habría pensado- dijo el premier - que Su Majestad estaba por encima de la literatura.
- ¿Por encima? dijo ella-. ¿Quién está por encima de la literatura? Es como si dijera que estoy por encima de la humanidad.



Vi este libro comentado cuando se editó hace mas de un año, pero la verdad que no presté mucha atención a las reseñas y me quedé con la impresión de que era un libro sobre las lecturas de la reina de Inglaterra. Nada que ver: Este libro convierte a la reina en un personaje de ficción, e imagina qué sucedería si un día por cualquier circunstancia casual, la monarca descubre (o redescubre) la pasión por la lectura. Y no cualquier lectura: La literatura de ficción.
Se ha dicho que esta novela es un elogio a la lectura, y en parte lo es. Pero tiene una línea argumental que para mi fue del todo novedosa y que tiene que ver con la resistencia que provoca en los demás el hecho de que uno lea. Los lectores, digamoslo, somos una minoría. Y aunque el enjambre de no-lectores que nos rodea sepa que es políticamente incorrecto criticarnos (porque no tenemos una aficción estúpida o peligrosa, sino una muy bien publicitada) les resulta super enojoso.
No sé las veces que me han dicho "¡¡¡Ay, cómo te va a cambiar la vida cuando tengas un hijo, querida!!!" casi relamiendose con anticipación. Señores: si las madres fumadoras dejan de fumar nueve meses y al día siguiente de expulsar a la criatura se hacen regalar un cartón de cigarros ¿qué los hace pensar que yo dejaré de leer, aunque durante unos meses me convierta en un surtidor de leche?
Así que me sentí identificada con esta pobre reina de ficción, que además de sufrir por haber llegado tarde en su vida a la literatura y que nunca se iba a poner al día (como si esa no fuera la sensación de todos los lectores del mundo, aunque hayamos empezado cuando éramos cigotos) debe sufrir pequeñas traiciones de su personal y su entorno que trata de hacerla desistir.
Simpática, inteligente y ágil, me la lei en un día (genial el final) y rescaté algunos párrafos para compartir. También me tomé la molestia de hacer la lista de autores que se mencionan en el libro. A mí me dio curiosidad averiguar sobre algunos de ellos, y esto me lleva al primer párrafo destacado del libro que dice:
"Lo que asimismo descubrió es que un libro llevaba a otro, nuevas puertas se abrían dondequiera que mirase y los días no eran lo bastante largos para leer todo lo que ella quería."

"El atractivo, pensó, estaba en su indiferencia: había algo inaplazable en la literatura. A los libros no les importaba quién los leía o si alguien los leía o no. Todos los lectores eran iguales, ella incluida. La literatura, pensó, es una mancomunidad, las letras, una república....Los libros no se sometían. Todos los lectores eran iguales y esto le remontaba a los comienzos de su vida."

"- No, señor ministro-dijo-. Además, los libros, como sin duda sabe, no suelen inducir a la acción. Los libros, por lo general, sólo nos confirman lo que, involuntariamente, ya hemos decidido hacer. Leemos un libro para que nos confirme nuestras convicciones. Un libro, por así decirlo, cierra el libro."

Y aquí va la lista de autores (Casi nunca se refiere a libros puntualmente, siempre habla de escritores) mencionados a lo largo de la novela:
Jean Genet
Cecil Beaton
Ivy Compton Burnett
David Hocney
Nancy Mitford
J.R. Ackerley ("Mi perra Tulip")
E.M.Forster
Dylan Thomas
John Cowper Powys
Kilvert
Vikram Seth
Salman Rushdie
Sylvia Plath,
Lauren Bacall
Winifred Holby
Alice Munro
Ian Mc Ewan
Rose Tremain
Kazuo Ishiguro
Mary Renault
Denton Welch
Trollope
Y por supuesto:
Proust, Virgina Woolf, Dickens, George Eliot,  Henry James, las Brontë, Jane Austen, Dostoievsky, Shakespeare, Balzac, Turguéniev

5 comentarios:

  1. Que maravilla de reflexión sobre los lectores! Estoy contigo en que, quien es lector lo sigue siendo aun tener criaturas. Conozco amigas que en una mano tienen a la criatura mamando y en la otra el libro leyendo.

    Respecto al libro, me ha gustado mucho más tu entrada que el libro en sí, que tuve que dejar a la mitad porque me resultó lento y pesado... Por eso me ha llamado mucho la atención tu descripción como ágil, inteligente y simpático. Creo que cada libro tiene su momento y ése no fue el mío. Quizá retome la lectura en otra ocasión y me guste.

    Aunque no siempre comento, me gusta seguir tus interesantes entradas. Un beso.

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  2. Comparto mucho de lo que decís. Me molesta la gente que usa de excusa la casa, los hijos, el marido o el perro para no leer. Que digan que no les gusta y listo. Pero existe un poco de vergüenza en cierta clase media de decir que no se lee, es el temor de quedar como ignorante.

    Me gustó tu comentario sobre el libro y debo decir, que aunque no tengo sangre azul, comparto varios autores con la reina!

    Besos.

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  3. No hay nada mejor que los libros que se devoran y que su digestión es buena. Me llama la atención ese Powys con nombre de Pony. saludos

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  4. Este libro se ha quedado en mi mano en varias ocasiones, pero siempre que releía la contraportada no me convencía demasiado. De momento, no me atrae mucho...pero leyendote a mejorado mi primera impresión de él.
    Felices lecturas.

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  5. Luciana:
    ¡pues muchas felicidades por tu próxima maternidad! seguro que seguirás disfrutando mucho de los libros ¡y tus hijos serán grandes lectores! nada hay más bonito que poder leerles en voz alta cuando ellos aún no han aprendido a hacerlo.
    A mi este pequeño libro me gustó mucho porque me pasó igual que a la reina: descubres lo mucho que disfrutas la lectura, se hace un vicio, un autor te encadena a otros,y llega un momento en que comentar (con otros, o a uno mismo en un cuaderno) lo que va dejando en tí la lectura se vuelve indispensable.
    Un beso,
    Ale.

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