miércoles, 15 de diciembre de 2010

El lugar donde vivo

Esta entrada no se llama “mi ciudad”, porque vivo en un lugar que está compuesto de muchos: Si bien mi DNI señala que tengo mi domicilio en Viedma, Provincia de Río Negro, sólo un hermoso río nos separa de Carmen de Patagones, la última localidad de la Provincia de Buenos Aires. Así que hace unos años los que vivimos en Viedma o Patagones, nos consideramos habitantes de La Comarca. Aunque dista de ser una comunidad tan idílica como la de Bilbo Bolsón, eso desde ya lo aclaro.



Viedma es una ciudad extraña, porque es una capital de provincia, pero muy pequeña. De acuerdo al último censo, Viedma y Patagones juntas apenas alcanzan los 65.000 habitantes. Eso convierte a Viedma en la tercera capital de provincia más pequeña, superando apenas a Rawson (Chubut) y Ushuaia (Tierra del Fuego). Esa doble cualidad la convierte en un pueblo chico, donde el infierno grande tiene cara de política. Aquí los chismes no pasan por el noviecito de la hija de la vecina, sino por negociados políticos, acomodos, corrupción y otras bondades que trae aparejado el poder. Acá en la escuela secundaria el grupo de niñas y niños populares no lo componen los deportistas y mas agraciados, sino probablemente los “hijos de”. Es un clima muy particular: tenemos cosas de ciudad grande y cosas de pueblo chico.

A quienes vivimos aquí nos resulta un privilegio: Viedma tiene una costa río preciosa. El río es bello todos los días, a toda hora. Es un paisaje que siempre te hace dar ganas de sacar fotos. En todas las estaciones se puede disfrutar, sea caminando, dando una vuelta en auto, ir a sentarse a tomar unos mates o en verano disfrutarlo como balneario. Con mi perrito somos habitantes diarios de la costanera.







Ahora, sí: Cada vez que viene por estas tierras algún turista, queda fascinado por Carmen de Patagones. Esta ciudad conserva muchísimas construcciones de la época de la fundación, y además sus vecinos son muy activos en cuando a la protección del patrimonio cultural. De modo que sus casa antiguas y el hecho de que está construida en un territorio elevado la hacen mucho más pintoresca que Viedma.



El mar está muy cerquita: Sólo a 30 kilómetros tenemos el Balneario El Cóndor. No es mi preferido, porque cada vez que voy me toca sufrir el viento. Pero quienes tienen casa allí siempre defienden su mala fama y dicen que la tardecita “es la mejor hora”, así que haciendo un voto de confianza en mis amigos fans de “El Cóndor”, pondré esta foto maravillosa que parece darles la razón:



Al balneario El Condor le siguen muchas playas hermosísimas: Playa Bonita 1, Playa Bonita 2 y La Lobería, que a mí me encanta y como tiene una barranca altísima está muy bien protegida los días que hay viento. Es una playa muy especial, con piedritas diminutas, y muchos piletones que se dejan ver cuando baja la marea.


Porque acá en la Patagonia las mareas son ENORMES…. El agua se retira muchísimos metros, lo que le da a las playas fisonomías diferentes: tenés una playa enorme al mediodía y muy chiquita (si subió la marea) a la tarde. Es algo muy loco que yo pensaba que era así en todos lados, pero cuando estuve en las playas de Uruguay me di cuenta que no es así.


Hay muchas playas mas, que tienen el encanto de la soledad y lo agreste: pongo aquí una foto de Bahía Creek.



El recorrido marítimo termina en el Balneario Las Grutas, a 280 kilómetros de Viedma. Pero a Las Grutas le voy a hacer una entrada especial, porque es mi lugar en el mundo, y porque además estaré allí este fin de semana, así que el homenaje lo haré in situ. Saludos y buen verano!!!!

7 comentarios:

  1. Envidiable.
    Yo he viajado bastante. Lo suficiente como para haberme dado cuenta de que tenemos un país hermoso. De mis viajes y giras musicales por Argentina, el sur, bien cerquita de la costa es la que se adueñó del mejor lugar en mi corazón. Las ciudades que más me impactaron fueron Carmen de Patagones, Río Gallegos, Caleta Olivia y esa ciudad en la que si me tentaban un poquito más casi me quedo a vivir: Comodoro Rivadavia.
    Por eso mi envidia, porque de verdad sé que esos lugares son así tal cual los describís.
    Gracias.

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  2. Esa parte de la Argentina la tengo pendiente, siempre que planeo el viaje, algo pasa.
    Este año es la vivienda propia, así que será en otro momento.
    El sur es muy bonito y lo imagino ideal para vivir.
    Besos.

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  3. Argentina tiene que ser preciosa y muy variada. Ha sido una delicia leerte y ver las fotos. Ojalá pueda visitar tu país algún día.
    ¡Feliz verano! Nosotros aquí nos enfrentamos a un frío invierno...

    Me gustó mucho tu cuento, tienes alma de escritora.

    Besos Valeria. :-)

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  4. Horacio: Bueno, me das envidia vos a mi, por todo lo que has podido viajar!!! Yo mas al sur llegué hasta la costa de Chubut, que es hermosa, aunque hace mas frío que acá (el agua del mar es helada!), pero me gustaría hacer toda la Patagonia, costa y cordillera.
    Luciana: Ya sabés que te espero si pasás por estas tierras!!!
    Patricia: Ni hablar que estos intercambios de viajes a través de los libros con amigos de otros continentes y países nos hacen dar ganas de viajar a conocer estas tierras, a mi me pasa con tus entradas también. Como conté en el cuento, mi mamá y mi papá son profesores de literatura, y siendo España nuestra madre patria, y nuestra mayor herencia cultural, me crié con dos fanáticos de todo lo hispano... el otro día comentaba en otro blog que mi papá tenía un cassette de un "gallego" recitando el Romancero Gitano de Lorca, y que ese cassette estaba todo el día sonando en casa, en lugar de música eran las poesías de Lorca... te imáginas el grado de amorrrrr por España. el sueño de mis padres era hacer un viaje por España, siguiendo exactamente el mismo recorrido que hizo el Quijote. Creo que el año que viene lo concretarán. Yo ojalá algún día pueda llegar hasta allí.
    Saludos a todos

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  5. lo que conozco de Argentina me enamoró de ella, pero nunca llegué tan al sur, que se ve que también es precioso. Gracias por las fotos, me sentí como haciendo una visita corta a esas tierras.
    un abrazo,
    Ale.

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  6. Hace unos años (muchos) laburaba en Patagones. Hacía un viaje por mes, un largo viaje de mil kilómetros de ida y otros mil de vuelta en el Mansilla. (increíble que se pueda hacer esa distancia sin salirse de la misma provincia). Algunas veces cruzaba con la lancha a Viedma. Recuerdo de Patagones las construcciones coloniales con las tejas musleras, los dinteles de las puertas a la altura de la frente, los loros barranqueros multicolores y el frío seco.
    Me quedó pendiente la costa. Tus fotos me dieron ganas de saldar la deuda.

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  7. Qué loco, yo también hice muchas veces ese viaje, cuando estudiaba en Buenos Aires, y despues varias veces al año de turista, pero ya afincada aquí, en la otra dirección, de sur a norte. Hay un video muy bueno de la costa viedmense,por ahí la pongo en el blog... así te copás y venis

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