martes, 2 de noviembre de 2010

“Las Catilinarias” y “Atentado” de Amélie Nothomb


Esperé a comentar estas dos novelas juntas, porque me pareció que ya había dicho mucho sobre esta autora cuando hice la reseña de “Higiene del Asesino”.

Creo que una palabra que podría describir su manera de hacer literatura es “desmesura”. Sus personajes son desmesurados en si mismos, físicamente (obesidad monstruosa, fealdad exorbitante, belleza sobrenatural) o se ponen y son puestos en situaciones extremas.

El lenguaje también acompaña (aún dentro de una redacción sencilla y clara) esta cualidad. Vean sino los títulos de sus novelas.

Aquí, en “Las Catilinarias”(1997, Editorial Circe), nos encontramos una pareja mayor que cumple su sueño ir a vivir a un lugar aislado al momento de su jubilación. Preparados para disfrutar su soledad total, reciben al arribar a su nueva casa la visita de un vecino. El hombre, antipático y maleducado, se limita a tomar asiento en el living de los protagonistas con cara de pocos amigos y sin hablar.

¿Cuántas veces me ha pasado en la vida real algo similar? ¿Nunca se sintieron molestos por una visita que no tiene tema de conversación, sino que espera que uno “saque tema”?

Nothomb lleva esta situación al extremo, a la locura: todos los días sin faltar uno y sin que ninguna estrategia lo impida, el desagradable sujeto irá a sentarse en el sillón de los protagonistas, que se encuentran con su sueño de aislamiento arruinado, en parte también por sus propias limitaciones y mandatos…El clima se pone cada vez más denso y…. no me gustan los spoilers….

En “Atentado” (1998, Editorial Circe), el protagonista es Epiphane (…¡Ah! ¡Los nombres que pone Amélie a sus criaturas!...) un hombre feísimo. Extraordinariamente feo. Epiphane se enamora de una mujer bellísima, Ethel. Sin esperanza alguna de concretar ese amor, se hace amigo de ella, y esa relación lo hace feliz por algún tiempo…hasta que Ethel le comunica que se ha enamorado del hermoso Xavier.

El libro no tiene como punto fuerte la historia (que como habrán visto es un triángulo amoroso de lo mas conocido), sino que su mayor riqueza radica en la lucidez e incorrección política con que la autora agota el tema de la belleza, y da por tierra con muchos prejuicios y lugares comunes alrededor de la dicotomía bello/feo y el valor de lo estético en el mundo de hoy. Dice Epiphane al poco de comenzar a contar su historia: "Respecto a la belleza, hay una cuestión poco clara: todo el mundo está de acuerdo en decir que el aspecto exterior tiene poca importancia, que lo que cuenta es el alma, etc. En cambio, se sigue encumbrando a las stars de la apariencia y relegando al pozo del olvido a caras como la mía.". Y mas adelante, analizando la obra de Víctor Hugo, reflexiona sobre Quasimodo y Esmeralda: "Respecto a Quasimodo, hay una cuestión con la que la gente traga erróneamente: los lectores no pueden evitar quererle, el pobre es tan horrible que les inspira piedad, es la víctima nata. Cuando se enamora de Esmeralda, los lectores sienten deseos de decirle a gritos: "¡Ámale! ¡Es tan tierno! ¡No te fijes sólo en su aspecto exterior!". Todo eso es muy bonito; pero ¿Por qué esperar que Esmeralda sea mas justa que Quasimodo? ¿Qué ha hecho él sino fijarse en el aspecto exterior de la criatura? Se supone que debería demostrarnos la superioridad de la belleza interior respecto a la belleza visible. En tal caso, Quasimodo debería enamorarse de una vieja desdentada: entonces sí sería creíble. En cambio, la elegida de su corazón es una soberbia gitana de quien resulta demasiado fácil encandilarse. ¿Quieren así, convencernos de que ese jorobado posee un alma pura? Yo afirmo que tiene un alma vil y corrompida. Sé de qué hablo: Quasimodo soy yo."

Con estas dos novelas puedo decir que he leído todo lo que se ha publicado en español de esta autora. Vendrán seguramente nuevos libros pronto, de esta prolífica belga un poco loca. Pero realmente estas dos novelas, que fueron de sus primeras obras, me han parecido de un nivel superior que las más recientes.

Ahora que leí toda su producción hasta la fecha, puedo decir que sus primeras novelas (“Higiene del Asesino” 1996, estas dos, “Estupor y Temblores”, “Metafísica de los Tubos” y “El Sabotaje Amoroso”) son muy superiores a las últimas (“Diario de Golondrina”, “Ordeno y Mando”), con la excepción, tal vez, de las autobiográficas “Ni de Eva ni de Adán” y “Biografía del Hambre”.

Hasta que leí “Higiene del Asesino” y estas dos novelas (en particular “Las Catilinarias”), estaba convencida de que Nothomb era una escritora que se lucía más en sus obras autobiográficas. Estas tres novelas mencionadas desmienten esa creencia. Lo que sí es cierto, lamentablemente, es que no ha mantenido el nivel al pasar de los años.

(Como en la película “Recuerdos” de Woody Allen, me siento una de esas personas que le dicen al artista: “We enjoy your films. Particularly the early, funny ones.")

Aunque todos sus libros me gustan (solo por el hecho de darle un vistazo a la desmesura) tal vez preferiría que no escribiera cuatro novelas por año, sino una sola y mejor. Pero: ¿Sería eso propio de alguien desmesurado?.



2 comentarios:

  1. Últimamente estoy leyendo poco. Los problemas de salud me dan tiempo peor pocas ganas.
    No es una autora que haya leído, pero escribe 4 libros por año? No es mucho?
    Los escritores suelen decir que es un proceso largo, donde corrigen y hacen cambios.
    Si logra eso en tan poco tiempo tiene mucha suerte.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Me encanta Nothomb, estoy leyendo una forma de vida y me parece muy bueno.Las catalinarias lo encontre de rebote en una libreria usado y lo compre,pero ahora quiero conseguir Atentado.Buena reseña!

    ResponderEliminar