lunes, 10 de enero de 2011

Verano. J.M. Coetzee

"Verano" completa la trilogía iniciada con "Infancia" y "Juventud" dos excelentes libros autobiográficos del Premio Nobel Sudafricano.
Sin embargo, aquí el escritor logra sorprendernos, cambiando la forma en que arma la novela, que se compone de una serie de notas sueltas escritas por un ya fallecido Coetzee, y de entrevistas a personas que lo conocieron. Tanto las notas como las entrevistas se centran en la década del 70, y en particular en el verano del 72.
El hecho de que este Coetzee (acerca del cual trata de reconstruir la historia un joven biógrafo) esté muerto, no debe ser tomado como un dato menor: Algo nos dice acerca de la verosimilud de todo. Quien está siendo retratado es otro Coetzee. Uno que no existe. Probablemente tenga mucho en común con el que está vivito y coleando, pero no hay una identidad total.
La novela, entonces, va avanzando junto al trabajo de este biográfo, personaje que se aloja en un poco en las sombras, que es mas un oyente que un narrador, y que de alguna manera se sienta junto al lector a conocer a Coetzee. Un Coetzee tímido, retraído, aislado del mundo, que habita una casa venida a menos con su padre anciano a quien cuida y acompaña. Un tipo que no eligió una vida tradicional, y que aún con su forma de ser tan opaca intriga e incomoda a todo el mundo.
A lo largo de las entrevistas (a una amante, a una prima, a la madre de una alumna, y a dos colegas) el ritmo de la novela sale ganando, porque las diferentes voces le dan matices al relato.
Me sorprendió especialmente la capacidad de Coetzee de meterse en el mundo femenino, en la psiquis de las mujeres. Se trata además de mujeres fuertes, con opiniones categóricas, limitadas sólo por sus circunstancias. Son mujeres que tienen muy claro que lo que piensan y lo que quieren y que dan su opinión (bastante dura, la mayoría de las veces) acerca de Coetzee sin importarles que éste haya obtenido el Nobel o cualquier otro reconocimiento. Así los relatos se enriquecen todo el tiempo con la expresión de las convicciones de cada una de las entrevistadas.
Con todos estos elementos vamos armando la vida de Coetzee en un momento determinado, recién llegado del extranjero, cuando empezaba a dedicarse seriamente a la escritura y publica su primer libro. Vemos su relación con el padre, con las mujeres, y siempre como telón de fondo importantísimo (casi como un personaje mas) la situacion política de Sudráfrica y el paisaje árido y desértico de ese "Verano".
Las notas personales de Coetzee son un punto aparte, joyas. El final fue para mí brillante.

2 comentarios:

  1. Esta entrada ha sido un déja vu para mi, en algún otro blog he leído una reseña donde también hablan muy bien de este libro.
    Irá a la lista de pendientes...que crece y crece.
    Besos.

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  2. Es realmente excelente. No por nada le dieron el Nobel a Coetzee. Con este libro demostró que juega en las ligas mayores. De cualquier modo te cuento que yo he tenido la suerte de leer los mejores libros de este autor: "Infancia", "Juventud" y "Desgracia", y ahora éste. Pero tengo entendido que no todos sus libros son tan buenos, sino que algunos son medio pesados (de esos zafé, jeje)

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